jueves, 9 de abril de 2015

Joy division.





Apretá ese índice directo a mis costillas.
La sonrisa cansada que no circula en los diarios
y el tambor cargado con la fuerza de los mares.
Se persigna el niño
crece el ñino y observa
estrellas a los pies de su cama.
Descreer del bien cuando estoy mal
es ligarme a un fútil abandono.
Aunque no existe nada más que yo.
Y otros.
Y muchos otros y muchos yo.
Y una canción de Joy division
indicando la temperatura del corazón.
Juntos como uno.
Una canción de Joy division
que no circula en los diarios
y me pega su extraña geometría
su índice dorado de liberación y muerte.
Apretá y preguntame
si alguna vez estuve
cuando tenía que estar.

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