Willy.

Sentado en el capó espero a Willy.
Tengo las manos cruzadas
dentro del buzo.
El viento de la mañana es claro
y frío.
Algunos árboles dejan manchas de sombra.
Enfrente
está la Escuela 41
en medio de pastos crecidos
en medio de nada.
Willy sale del auto
empuja el portón
y pasa entre los chicos que juegan
en el patio saluda
y va derecho
 al depósito.
Me llama
para que carguemos la escalera.
Vuelve a saludar
salimos
cerramos el portón.
Estoy haciendo una vida nueva, Colo,
doy clases de biología,
acá,
en la 41.
Soy un ex-adicto, Colo,
pero por suerte
estoy bien,
hace años
estoy bien.
Willy maneja despacio
porque cargamos la escalera
arriba
en el techo
y no sabemos
si va a aguantar.

Ayer

Veo una curva celeste sobre los árboles esta noche.

La sensación de un instante único.

El fin del cielo

es otro cielo

y aun vivimos

de un lugar que nadie sabe.

Sintonía universal

La risa nos limpia.

Un grito de luz en el estacionamiento.

Recordándonos nuestra misión de felicidad

dejamos de comer bestias que sonríen

dejamos de decir

es tan grave.

En verano

los nuevos conocidos.

Esa sintonía universal reclama

silencio

Calor.

Hace calor en Mar del Plata.

No me importa.

No soy un turista.

Apago la luz.

Me acuesto y recuerdo:

Qué bien

Qué hermoso

Me chupabas.

Pensé que había aprendido

Pero no.

Hace calor.

Playa.

Esto que soy esta playa

parece un espejo desierto de mundo.

Las marejadas calientes

atraen chicos

no me veo tan desteñido.

Un sol anónimo

no obstante la vida

no obstante la muerte.

V.

       

Un foxterrier infernal encara mis deseos;

en vez de morderlos,

y exhibirlos como trofeos

los acaricia.

Dormir es venirse abajo.

Soy una persona.

Estoy vivo.

Vivo

y sin laburo.

Aunque siempre sale algo:

Colocar una puerta

Pintar una reja

Colocar una puerta

Pintar una reja.

Por azar o voluntad

parece que el mundo se convence:

Colocar una puerta

Pintar una reja

Colocar una puerta

Pintar una reja.