lunes, 30 de marzo de 2015

Este atardecer ya no encuentra buena su tristeza.


el óleo inmenso:
deslizamientos callejeros
vértigos de clase
hombres incandescentes.

Este atardecer está colgado en mí
Este atardecer está colgado en mí
ya puedo perder dignamente lo que tengo.


Un treinta de marzo





Y pensar que esta noche abarca mi vida
con las tiritas verdes de la cortina ondeando.
Y pensar el agua de algún cielo en alguna hora.
El polvo y la vereda
El amor que te cruza los ojos.
Sólo para hacerlo divertido, nada más.
El otro de una luna que es la misma.

sábado, 21 de marzo de 2015

el comienzo de las olas





Como al caer en los rápidos de un río
tuve el segundo íntimo en que la luz
en tu pelo brillante dorado
en Alaska quizás algún dios
consagraba el misterio de mi alma
a un delirio transparente.
Luz que me hizo reír y pensar.
Llegué hasta aquí.
Hasta tu casa.
Después de todo. Esto es todo.
Siempre estaré por saltar paredones
y completar un sentido.
Disfruté en mi cuerpo, en silencio,
verme precipitando un paso tras o otro
hasta el fin de la niebla.
Llegar hasta tu casa
para conseguir tu amor.
Nos sentamos en el sillón.
Amé el círculo verde en tu iris
te dije invitándote a tender las naves
vi verticales
palmeras círculos de agua
la geometría de la noche cálida
era una ciudad inundada fluia
sanguínea, torrencial, intempestiva
percibiremos
círculos de fuego
en nuestra cercanía
oh qué libertad
trae tu poder de absolución 
ésta noche y las que vendrán
iré hasta tu casa
para conseguir tu amor.
Mañana no sentiremos peso alguno
viviremos
otra imagen del mundo.

miércoles, 18 de marzo de 2015

I


Todo eso
de que es mejor hacer
que decir
de que la gente que compara
nunca es feliz
lo he sentido
aullar en la aldea
llenarme los ojos
lejos de mí.
Y yo
y vos
que dimos mil vueltas al día
que hacemos con eso
todo eso
de que es mejor hacer
que decir
y ser uno que hace
para desenfatizar dramático
el tránsito
oh, y ahi está
el secreto convocante
pájaro sobre el océano
Estoy tranquilo
dejame pasar
no, no,
solo estoy diciendo
o callando
todo eso
que está escrito
en las paredes
en las cabezas
en las manos
solo estoy
tranquilo.

II


II.

En un rayo de sol con partículas de polvo
vertical sobre el piso de madera
veo un cumpleaños de Juani, tengo 12,
vamos atrás, en un citroen 13 v,
rojo gastado como una reja
y nos pasamos la pelota.
Y un día de verano
al borde de la pileta de Renzo
pequeño y con un miedo tenue
que mira a los costados
y meterme, como todos,
a lo profundo.
El rayo me eleva de lo que no sé
un caracol succionado
que abandona la atmósfera
y ve la cancha de once
esa que quedaba lejos
al lado de un gallinero
por un camino de tierra
que olvida la ciudad
y la noche en que jugando
se apagó la luz
dejándonos iluminados
a nuestro equipo y al de ellos
por miles de estrellas.
El rayo no pregunta donde quedará esa cancha
qué me gustaría ver en el amor
cuando cierro los ojos
si dejaré todo por estas palabras
o viviré como una vieja
con un oído atrás de la puerta
o si, al final, como al pasar
me tiraré del borde
y llegaré
al fondo.

Lagerstroemia.



Estallidos rosas en madera mojada
una copa ancha con brazos abiertos
primavera o verano o invierno
un padre abraza a su hija
una melodía resplandeciente
amplitud y corazón del parque.
La calle en que nació el vacío
la calle desierta
se fue.

Aquella antigua muerte de esperanzas verticales


Con medio mundo dormido todavía
            y el alba
despuntando
leo en tus versos, amigo
un caer de arcilla despintada
aquella antigua muerte de esperanzas verticales.

A través de un letargo que puede ser la vida
mi tallo en su buceo vio una luz
            y rodeó
la pared antes de caer la noche.

Era yo quién olvidaba por obligación
temeroso de descender un brazo
            y juntar
el agua libre, mis oraciones.

Esa noche seguías viva en esta ciudad
con medio mundo dormido todavía
mientras yo llegaba al día
            con otro corazón.