¿te alcanza está ciudad vapor?
En todas partes revoleado
y los atardeceres lejanos
encintan el corazón
siempre blando.
Al resguardo
persigo una existencia otoñal:
los ritmos del placer
caen
caen
en la cárcel del pensar.
Me convenzo:
lo que falta
es lo que no existe
y porque puedo decirlo
no va a desvanecerse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario